Aunque el propio Lutero componía música, su intención no era simplemente dar otra melodía a obras conocidas, sino revisar el texto según el Evangelio. Según Lutero, "Nos ocupamos de cambiar el texto, no la música". Lutero no quería ser un innovador, sino simplemente reformar la creencia según el evangelio. Por eso escribe: "Queremos que el bello arte de la música se utilice adecuadamente para servir a su querido Creador y a sus cristianos. Él es así alabado y honrado y nosotros somos hechos mejores y más fuertes en la fe cuando su santa Palabra es impresa en nuestros corazones por la dulce música."

Lutero veía la música como una herramienta esencial para difundir el Evangelio y promover la verdadera fe. Creía que la música tenía funciones tanto teológicas como pastorales y que era importante que alejara a la gente del ensimismamiento y la llevara al servicio de Dios y del Evangelio.

Lutero creía que la música y la teología estaban estrechamente vinculadas y que el don del lenguaje y el canto habían sido otorgados a los seres humanos para alabar a Dios. Subrayó la importancia de la relación entre la palabra y el canto en el culto, en el que Dios hablaba a su pueblo a través de su santa Palabra y éste respondía mediante la oración y la alabanza. Quería que la música empleada en el culto diera vida al texto, en lugar de la sola palabra.

Aunque Lutero no suprimió la música latina, para él era importante que el pueblo pudiera cantar en su lengua materna. Sin embargo, lo decisivo para él era la palabra que se predicaba a través de la música. Así, por ejemplo, en 1542 publicó himnos fúnebres tanto en latín como en alemán, aunque reelaboró el texto latino. A Lutero le gustaba el canto gregoriano medieval, como demuestran sus comentarios sobre los himnos fúnebres que se encuentran en su prefacio de 1542, donde escribió,

"También por eso hemos recogido las bellas músicas y cantos que bajo el papado se usaban en vigilias, misas de difuntos y entierros. En este opúsculo hemos impreso algunos buenos ejemplos, y nosotros, o quien tenga más talento que nosotros, seleccionaremos más en el futuro. Pero hemos adaptado otros textos a la música para que adorne nuestro artículo de la resurrección, en lugar del purgatorio con su tormento y satisfacción que no deja dormir ni descansar a sus muertos. Las melodías y las notas son preciosas. Sería una pena dejarlas perecer. Pero los textos y las palabras son anticristianos y absurdos. Merecen perecer".

Los himnos de Lutero en la lengua materna alemana se convirtieron en una parte esencial del programa de la Reforma y se utilizaron ampliamente en el hogar y la escuela. Se centraban en los hechos históricos de la salvación, con un tema central de alabanza y agradecimiento por lo que Dios había hecho por nosotros. Los esfuerzos de Lutero por crear una música evangélica tuvieron un impacto duradero y pueden verse en las obras de músicos luteranos posteriores como Johann Sebastian Bach (1685-1750) y George Frederick Handel (1685-1759). Respetó la tradición local y dio libertad artística a las distintas congregaciones, siempre que mantuvieran el mensaje central de la Reforma de que Dios nos acepta por gracia en su Hijo Jesús.