Daily Prayer Header

P Padre santo y bondadoso: En tu amor infinito, nos hiciste para Ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, Tú, en tu misericordia, enviaste a tu Hijo único y eterno, Jesucristo, para asumir nuestra naturaleza humana, para vivir, sufrir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos. En Él nos has librado del mal y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En Él nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

P Nuestro Señor Jesucristo, la noche en que fue entregado, tomó el pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, coman; esto es mi T Cuerpo que por ustedes es dado. Hagan esto en memoria de Mí. 

Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, y habiendo dado gracias, la dio a ellos, diciendo: Beban de ella todos; esta copa es el nuevo pacto en mi T Sangre, que es derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los  pecados. Hagan esto, todas las veces que beban, en memoria de Mí. 

P Y así, Padre, los que hemos sido redimidos por Él y hechos un pueblo nuevo por medio del agua y del Espíritu, te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias. Te suplicamos que envíes tu Espíritu Santo sobre nosotros para santificarnos, y así poder participar en tu vida santa. Únenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que te seamos aceptables por medio de Él. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo, y llévanos a la patria celestial, para que participemos, con todos tus santos, en la herencia eterna que nos has preparado; por Jesucristo, nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

C Por Él, y con Él, y en Él, en la unidad del Espíritu Santo, te damos toda honra y gloria, Padre todopoderoso, ahora y siempre. Amén.                                                                                                                           

¿Qué es el propósito de las Palabras de Institución?

Son las mismas palabras de los Evangelios y de Jesús que instituyen el Sacramento que estamos celebrando. No son una fórmula mágica que haga transformar los elementos, sino la misma Palabra de Dios que, comprendido con el elemento físico, hace el Sacramento de acuerdo a las promesas de Jesús. 

¿Qué relación hay entre las Palabras de Institución y nuestra
confesión?

Nuestra firme confesión y creencia luterana es que estamos comiendo y bebiendo la verdadera sangre y cuerpo de Jesús; y esta es una respuesta directa de lo que Jesús mismo dice sobre el sacramento. Esto “es mi cuerpo” y “es mi sangre”. No es parábola, no es metáfora. Desde el tiempo de los apóstoles hasta la época del “gran alumbramiento”, el entendimiento de las palabras de Jesús fue considerado difícil pero claro (Juan 6).

Los oyentes originales, en el idioma original, acostumbrado a las parábolas de Jesús y enseñanzas de alegoría y metáfora, estaban todos de acuerdo que esto era literal. Aunque sea difícil comprenderlo, ponemos nuestra fe en las palabras de Jesús más que en nuestros sentidos como ser humano. ¿Es más fácil interpretar todo a la luz de la razón humana? Por supuesto, pero no sería escuchar a nuestro Dios como nos enseñó escuchar, con la fe. Cada vez que reconocemos el cuerpo de Jesús en el sacramento (1 Cor. 11:29), estamos viviendo la lucha entre la fe y la razón. Tal como los que creían en Jesús en su ministerio terrenal, confiamos en su Palabra antes de la vista, el acto de adoración perdido del Jardín de Edén.  ¡Y en esto está también el milagro!

¿Qué es el propósito de las oraciones que acompañan a las Palabras?

Son dos oraciones que hacen a las Palabras de Institución la segunda parte de una formula trinitaria. Agradecemos el Padre por darnos el sacrificio de su Hijo, reconociendo lo que significa. Recibimos el Hijo de acuerdo con sus Palabras, y suplicamos la ayuda del Espíritu Santo para la fe para recibir el sacramento, y estar en unión como congregación en la Santa Comunión. Compara las oraciones con el Credo Apostólico.